Queridos amigos: Espontáneos en el corazón, en el entusiasmo de vuestra juventud, vosotros sabéis la respuesta, y la estáis diciendo con vuestra presencia aquí esta tarde. Solo Cristo es la piedra angular sobre la que es posible construir de forma sólida la existencia de alguien. Solo Cristo, conocido, contemplado y amado, es el amigo fiel que nunca nos abandona, que se hace nuestro compañero de camino y cuyas palabras calientan nuestro corazón (Lc. 24, 13-35)” (S. Juan Pablo II, 27 de julio de 2002).
En esta vida, todo se pasa. “La vida se pasa, y la eternidad se acerca”, dice Santa Teresita de Lisieux. Esa breve frase encierra verdades eternas. Así que, ¿cómo deberíamos construir nuestra vida y nuestro futuro si todo pasa?
Construye tu vida sobre Cristo. Él es el único que nunca nos abandonará. Solo Cristo puede llenar nuestros corazones completamente. Un verdadero amigo busca lo mejor para el otro. Y, aunque conocemos a mucha gente que busca lo mejor para nosotros, solo Cristo conoce las mayores capacidades y deseos de nuestro corazón. Cuando lo conozcamos, lo contemplemos y lo amemos, seremos capaces de alcanzar la santidad para la que fuimos creados. Esa santidad es verdaderamente lo mejor para nosotros. Él caminará con nosotros en nuestras alegrías, luchas y pruebas. Él nos dará las palabras que necesitamos para alimentar nuestra alma y para seguir el camino a la santidad. Él será el verdadero amigo que necesitamos.
Haz de Cristo tu piedra angular, el fundamento de tu vida, el sentido de todo lo que haces y, desde ahí, construye tu vida sin miedo. Podrán pasar muchas cosas a tu alrededor, pero el fundamento nunca será sacudido.