Querido principiante:
¡Felices pascuas! Una vez más ha triunfado la vida y el Señor de la esperanza nos muestra que Él ha vencido a la muerte y al pecado. Gracias a Dios, Él nos llama a participar de su gloria con Él. Uniendo nuestras cruces con Él, podemos unirnos también a su resurrección.
Quizás ya has oído esto, pero para mí es un nuevo descubrimiento: El Via Lucis o “Camino de la Luz”. Así como usamos el Via Crucis durante la cuaresma para meditar en la Pasión de Cristo, podemos usar el Via Lucis para meditar en su resurrección. Después de una ardua preparación para la pascua, recordando cuanto sufrió Jesús, ¡no dejes pasar el tiempo de Pascua sin contemplar cómo Jesús es glorificado eternamente!
Te animo a que mires un poco el Via Lucis y lo lleves a la oración. Puedes encontrar muchas maneras de rezarlo, pero lo importante es contemplar lo que hizo Jesús después de resucitar, ya glorioso. Debajo te dejo las 14 estaciones del “Camino de la Luz” con el correspondiente pasaje bíblico. Rézalas de corrido o ve despacio y medita cada una en tu tiempo de oración.
¡Y regocíjate, porque Cristo es la Vida, y ha triunfado!
1. La resurrección del Señor (Mateo 28 1-7)
2. Los discípulos encuentran el sepulcro vacío (Juan 20, 1-9)
3. El Señor resucitado se aparece a María Magdalena (Juan 20, 11-18)
4. El Señor resucitado se aparece a los discípulos de Emaús (Lucas 24, 13-27)
5. Reconocen a Jesús resucitado al partir el pan (Lucas 24, 28-35)
6. El Señor resucitado se aparece a los discípulos (Lucas 24, 36-43)
7. Jesús resucitado da su paz a los discípulos y el poder de perdonar pecados (Juan 20, 19-23)
8. Jesús fortalece la fe de Tomás (Juan 20, 24-29)
9. El Señor resucitado se aparece a sus discípulos en el mar de Tiberíades (Juan 21, 1-13)
10. Jesús perdona a Pedro y le manda a apacentar a sus ovejas (Juan 21, 15-17)
11. Jesús encarga su misión a los apóstoles (Mateo 28, 16-20)
12. Jesús asciende al cielo (Hch 1, 6-11)
13. María y los discípulos esperan en oración la venida del Espíritu Santo (Hch 1, 12-14)
14. La venida del Espíritu Santo (Hch 2, 1-13)
Que resucitemos con Él.