Lo que llevas dice mucho de lo que eres, quién piensas que eres o quién quieres ser. En cualquiera de las opciones que te encuentres, lo que no se puede dudar es que expresas algo sobre ti con la ropa que llevas. La gente que dice: «No, no quiero expresar nada, solo me gusta este tipo de ropa» son, o muy superficiales o, lamentablemente, se autoengañan. Vale, también puede ser ignorancia…
Intentemos entender por qué es este el caso. ¿Por qué tengo necesariamente que expresar algo sobre mí con la ropa que llevo? ¿Por qué no puedo decir solo: «Me gusta este conjunto» sin preocuparme de lo que se dice de mí?
Quizá otro ejemplo pueda ayudar. Piensa en una sonrisa. ¿Qué dice una sonrisa sobre ti? Dependiendo de cómo sonrías, puede expresar muchas cosas. Hay sonrisas alegres, sonrisas engañosas, sonrisas pícaras, sonrisas de miedo, sonrisas de vergüenza, sonrisas maliciosas, etc. Los psicólogos estudian estas cosas. Tanto que hay entre 12 y 19 tipos de sonrisas. Todas ellas son comunicativas. Sin importar lo que quieras comunicar y tu cultura o tu pasado, la forma en la que sonríes, la imagen que otros perciben cuando sonríes, dice algo objetivo sobre tus emociones.
Algo similar ocurre con la ropa que llevas. Independientemente de tus intenciones o tus caprichos, la forma en la que te vistes expresa algo objetivo que, correctamente o no, puede reflejar tu identidad. Si llevas ropa negra con cadenas y te pones piercings por todas las orejas y la cara, quizás seas una persona encantadora y adorable, pero estás comunicando a otros que estás deprimido o enfadado. Podrás ser una joven inflexible y honorable, pero si te vistes como una prostituta estás expresando que tienes esperanza de comprometer tu honor lo antes posible.
Si este es el caso, tenemos que concluir que hay ciertos estilos que un católico debe simplemente evitar. No hay ningún mandamiento en la Biblia en contra del estilo rockero, el gótico o el hippie-bohemio. Y sin embargo, los tres, de diferentes maneras, comunican rebelión en contra de mucho de lo que dice la Biblia. Hay algunos elementos de estos estilos que quizás te atraigan. Sin embargo, si te consideras católico y después «vas a por todas» y te vistes con todos esos estilos, simplemente no estás siendo coherente con tu fe. Voy a ser franca: estás traicionando a Cristo. Lo sé, no vas gritando por ahí que no crees en Él, pero estás expresando rebelión contra él a través de tu vestido.
Entonces, ¿debo vestirme de acuerdo con quien soy, para asegurarme de que mi estilo expresa correctamente mi identidad? No necesariamente. Creo que debes vestirte de acuerdo con lo que quieres ser, o mejor, con quien el Señor quiere que seas, porque eso te ayudará a crecer. ¿Quieres ser respetada como mujer, hayas actuado o no de forma respetable en el pasado? Viste modestamente. ¿Quieres superar tu depresión de adolescente? Vístete de forma colorida. ¿Quieres tener éxito en tu nuevo trabajo? Viste formal. ¿Quieres superar tu vanidad y superficialidad? Viste sencilla.
Lo que llevas dice mucho de quién eres, de quién piensas que eres, o de quién quieres ser. Si te vistes de acuerdo con quien debes ser, ¡te sorprenderás lo mucho que te ayuda a alcanzar tu objetivo!
Gracias a la Hna. Alexandria Smith, SHM, por inspirarme esta reflexión.