Cada vez me sorprende más la cantidad de chicas jóvenes que declaran abiertamente su rechazo a la idea del matrimonio y la vida familiar. Nunca creí que tuviera que hacer un esfuerzo tan grande para convencer a las jóvenes de la belleza de la vida matrimonial. Una vez, mientras hablaba sin parar del matrimonio y la familia, un grupo de jóvenes me miraron, bastante confusas, hasta que una de ellas finalmente me preguntó: «Hermana, mmm... entonces, ¿por qué no te casaste y formaste una familia?». Me reí y les expliqué que era feliz en mi vocación y no quería casarme, pero quería que comprendieran que la vida en familia es preciosa y algo que hay que desear, no aborrecer.
En nuestro internado en Belmonte vimos una película de Pixar que se llama Brave. En esta película, una hija adolescente de espíritu feroz se rebela contra los planes de su madre para su futuro matrimonio y va a ver a una bruja, pidiéndole que le haga un hechizo para cambiar a su madre. El resto de la película trata de la aventura que viven juntas madre e hija, hasta que finalmente aprenden a entenderse y se rompe el hechizo.
¿Fue la rebelión de Meridah contra su madre solo un drama adolescente? El propio Santo Tomás de Aquino defiende que los niños deben ser libres para elegir su estado de vida. Su decisión de hacerse dominico pobre en lugar de aspirar a ser prior de un monasterio benedictino provocó el caos en su familia. Su madre estaba desolada e hizo todo lo que estuvo en su mano para obligar a Tomás a ceder a su voluntad. Santo Tomás luchó por su vocación y más tarde escribió: «Así pues, los siervos no están obligados a obedecer a sus amos, ni los hijos a sus padres, en lo que se refiere a contraer matrimonio o permanecer en estado de virginidad o cosas semejantes» (Suma Teológica II-II q. 104 a. 5).
Así pues, la resistencia de Meridah a su madre respecto a su futuro –tenía que elegir a su marido entre tres idiotas— es legítima. Su aventura juntas les enseña a comprenderse y respetarse. Sin duda, haber acudido a una bruja no fue una buena idea, y esto queda claro en la película. Los comentarios de la madre al final sobre romper la tradición inculcan una visión distorsionada de la libertad. Es algo desafortunado, pero esta visión errónea de la libertad resulta ser un pilar fundamental de nuestro mundo moderno occidental, así que tenemos que enfrentarnos a ella y ser capaces de entender por qué es errónea.
En realidad, lo que más me preocupó de la película es que todos los hombres son violentos o estúpidos, y la mayoría de ellos son ambas cosas. Analiza a los personajes masculinos, uno por uno, y verás que ninguno de ellos es noble, virtuoso o heroico en el sentido profundo de la palabra. Ninguno de ellos es «adorable» o atractivo. Las dos protagonistas femeninas son drásticamente diferentes, pero ambas son fuertes, inteligentes, guapas y entrañables. Esto me hace preguntarme si hay una ideología feminista radical detrás de la película.
En esta película y en muchas otras, a los jóvenes se les lava el cerebro para que sientan repulsión por la vida familiar y el matrimonio. ¿Por qué deberían las chicas desear el matrimonio, si los hombres son violentos y estúpidos? ¿Por qué desear el compromiso, si puedo ser feliz con mi caballo, mis hobbies y mi libertad?
¿Cuál es mi consejo? ¿Evitar totalmente cualquier película o libro con mensajes similares? Sería una medida extrema, pero podría merecer la pena. Lo que hay que hacer sin duda es pensar críticamente. Nunca veas una película solo para entretenerte. Sé crítico, razona las cosas, cuestiona los valores que se están representando. Si no quieres que te laven el cerebro, rechaza los medios por los que te están metiendo las ideologías en el cerebro, o busca formación para poder desarrollar filtros mentales fuertes que te permitan discernir entre la verdad y la mentira.